Espacio de reflexión personal dedicado a la investigación e innovación aplicada cuando se vinculan a la ciencia proyectual, y se aplican al desarrollo de las personas, la gestión estratégica y la sociedad.
Ponencia presentada en
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Agenda Digital Nacional con sus planes componentes
Christian A. Estay Niculcar, Dr, Dr, Dr(c), Post Doc, MBA, Ms, Mg
Resumen
Todo país hoy en día no puede buscar el desarrollo sin recurrir a un uso inteligente de las TIC ya sea por motivos de competitividad como por exigencias de organismos internacionales. Ecuador no ha sido ajeno a este proceso y ha realizado diversas acciones, pero dado que las personas y la sociedad avanzan muchas veces más rápido que el estado y por lo mismo buscan mejoras en su vida más pronto que un gobierno, se hace necesaria una reflexión nueva sobre cómo enfrentar este cambio cultural, institucional, tecnológico y social. Este trabajo presenta esta reflexión bajo la noción de Agenda Digital, más bien como una Agenda de cómo se están articulando acciones para conseguir desde la visión actual de Gobierno Electrónico generada desde la Sociedad Ecuatoriana, hacia un Gobierno Sum@k K@ws@y.
Palabras claves: Gobierno Electrónico, e-government, democracia, democracia 2.0, Plan Nacional de Gobierno Electrónico, Ecuador.
1. INTRODUCCIÓN
En el entorno gubernamental tanto político como tecnológico, en los últimos años circulan frecuentemente términos que evolucionan muy rápidamente y están relacionados con cambio, innovación y revolución de la gestión administrativa de los gobiernos, reconstruir el estado y recuperar su capacidad de gestión (CLAD, 1998). Esto ha dado lugar a gran variedad de términos tales como: Agendas Digitales, Gobierno Electrónico, Gobierno Inteligente, Gobierno Smart, Gobierno Móvil, u-government (gobierno ubicuo), gobierno 2.0 o 3.0, gobierno en red, i-government (gobierno en internet), Gobierno Digital, Gobierno Abierto, etc., los cuales además aparecen vinculados a conceptos esenciales de nuevas formas de gobierno como democracia 2.0 o 3.0, participación ciudadana, participación democrática, gobernanza inteligente, gobernanza pública, democracia de las comunidades, transparencia de gestión y de la confianza, cogestión ciudadano-gobierno, entre otros (Berggruen y Gardels, 2012; Ortiz, 2012). A su vez, todos estos conceptos son desplegados y están desarrollados en Planes, Políticas Públicas, Leyes, Normativas, etc., que se construyen, fortalecen y reforman, hoy por hoy en todos los países.
Hoy en día existe una fuerte presión internacional para que los países usen las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC, término donde por motivos de facilidad se incluye Internet, tecnologías móviles, telefonía inteligente y otras tecnologías que impactan hoy, tanto a las personas como a sus formas de organizarse como a sus maneras de relacionarse) para conseguir sociedades más desarrolladas, ciudadanos empoderadas de la gobernanza, servidores relacionales, gobiernos más transparentes, entre otras ideas, las cuales, de una u otra manera ayudan a combatir la opacidad, transparentar el trabajo de los servidores y del gobierno, y reducir trámites y optimizar los recursos con las consiguientes economías y ahorros que esto genera a nivel de costes administrativos, beneficio social y mejora de imagen gubernamental, además de buscar nuevas formas de operar (Subirats, 2012). En el espacio de América Latina y el Caribe, esta preocupación no es nueva, como por ejemplo:
El beneficio de las TIC lo podemos encontrar en diversas fuentes, pudiendo citarse por un extremo el Objetivo 8 del Milenio “Fomentar una asociación mundial para el desarrollo” donde las TIC ocupan un rol importante y se aportan indicadores de uso de las TIC (UN, 2014), y por otro extremo, como un facilitador del éxito empresarial (Guan, 2013). En suma, la presión y la necesidad condujeron a los países que se involucrasen en proyectos nacionales de incorporar las TIC en su discurso político y en su gestión. Como resultado, en el año 2014 todos los países del mundo tienen presencia online tal como reporta UNDESA (UNPACS, 2014). Gracias a este proceso, hoy en día es posible encontrar plétora de información en google sobre la relación entre TIC y gobierno, TIC y desarrollo, o TIC y combate a la transparencia, con resultados que aportan innovaciones atractivas o copias o “mezclas” de otros documentos. Sin embargo, un problema complejo en este sentido es cómo percibir las TIC en este uso y en cómo se reconstruye la sociedad y permiten pasar de una fase de, por ejemplo, gobierno electrónico hacia otro (Taewoo, 2012; Woo, 2013).
Mucho ha pasado con el tema de las TIC en el gobierno. Mientras algunas experiencias muestran a las TIC como medio de conectar con el ciudadano, en otras aparece como un mecanismo de apoyo paternalista del estado sobre el ciudadano. Esto se debe a las diversas interpretaciones que se tiene de la tecnología desde el ámbito gubernamental y del espacio de las personas lo cual produce procesos dinámicos de innovación y cambio tecnológico continuo (Thomás, 2008), de cómo es posible percibir y apropiarse de la reinvención de los procesos gubernamentales desde las personas (Haraway, 1991) o de cómo las prácticas culturales permiten introducir procesos basados en tecnología de forma exitosa o no (Wamuyu, 2014). Todas estas experiencias muestran que si se fija el gobierno electrónico como un punto de partida, la siguiente fase dependerá de muchos factores interpretativos y de madurez institucional más que tecnológico.
Asumiendo una postura crítica y constructiva, se puede decir desde la práctica, que en el mundo de la informática el uso de términos atractivos o el interés religioso por conceptos provocativos es común y frecuente. El problema en general no es el debate que generan (que suele enriquecer muchas horas de consultoría), sino que ni siquiera alcanzan a consolidarse cuando ya aparecen otros, mientras que a veces ocurre que se producen solapamientos entre ellos, o realmente no se consiguen taxonomías que distingan unos y otros. En palabras del autor de este escrito, muchas veces “usamos términos más por moda que por dominio estricto” o “porque la vorágine del día-a-día nos hace sucumbir ante la tentación de usar términos novedosos”, pero muchas veces sin saber cómo conseguirlos ni cómo hacerlos sostenibles. Esto se sufre mucho en el mundo profesional, y ahora los países. Miles de consultores exponen sus ideas, sus experiencias y sus historias, con resultados muchas veces inconclusos o que no pueden sostenerse por cambios en los propios gobiernos. Se suma a esta situación, la existencia de miles de textos que difieren en casos de éxito, buenas prácticas, conceptos nuevos o simplemente visiones.
Un país no puede estar expuesto a esto. Los ciudadanos no son clientes, son personas con futuros, proyecciones, ambiciones, planes o simplemente desean un buen vivir en un territorio que han escogido como residencia o donde les ha tocado nacer. Sí podemos usar conceptos o modelos provenientes del mundo privado con un fin organizador, académico, o isomórfico, para facilitar procesos de cambio o de análisis. Pero, en ningún caso se excluye la sensibilidad por satisfacerlos como ciudadanos (Welch, 2005). Este planteamiento requiere preguntarse si realmente son exitosos los modelos empleados en el uso de las TIC y si son replicables a otros países. Analizando los datos del Ranking de Gobierno Electrónico (UNPACS, 2014) se aprecia que los primeros lugares suelen estar ocupados por países con sistemas de gobierno con monarquías aún vigentes, o son repúblicas consolidadas, y/o poseen culturas ancestrales, además de que presentan un PIB y un Indicador de Desarrollo Humano –IDH– altos y estables. Claramente se aprecia que aún el éxito del Gobierno Electrónico se correlaciona con países que conjugan estabilidad histórica e institucional en muchos aspectos. Esta situación plantea varias preguntas que deben atender y responder los países que aspiran a ese ideal de un mejor vivir gracias al uso gubernamental, institucional y tecnológico de las TIC, entre las cuales se pueden mencionar:
Citando a Asimov (Bersano, 2006: 3):
No sabemos si esa ciencia ficción será como en la distopia tecnológica mostrada en la película 1984, o la seudo utopía mostrada en la película Yo Robot, o un universo futuro alterado como el de la película Tron. Analogías hay muchos, y si bien la frase es provechosa en el sentido de que requieren nuevas formas de pensar un gobierno en relación con sus ciudadanos, la ficción política no es aceptable, y por esto se hace necesario comentar otras situaciones que la política en general y la gestión pública en particular, deben tener presente.
Tofler cita en su libro el Shock del Futuro (1995) su preocupación por la tensión y desorientación que producen lo cambios excesivos, sostenidos y constantes en lapsos breves de tiempo. Gobiernos que se esfuerzan por usar las TIC de manera rápida, no planificada, o sin un fin claro, producen estos fenómenos en las personas, y por eso los gobiernos no pueden querer modernizar sus relaciones con los ciudadanos mediante TIC por decreto o por ley. Se trata de ir paso a paso. Por suerte la sociedad en general vive en el Siglo XXI, usando el término de McLuhan, en una Aldea Global (McLuhan, 1990) hiperconectada, lo cual ayuda a los gobiernos pues ya se relacionan con personas que conviven y operan dentro de redes informáticas, informatizadas e informacionales que les acostumbran al cambio continuo. Esto no justifica que la política debe buscar una sociedad digital o un gobierno electrónico, sino que requiere una política a la escala de las personas y de sus necesidades, y que son parte de una sociedad que ya reconoce individualidad de los sujetos y no, como ocurre muchas veces con los gobiernos, que considera a las personas estadísticas sociales y políticas.
La política contemporánea si desconoce esta nueva forma de hacer sociedad desde la propia sociedad, podría desconocer lo indicado por Tofler en La Tercera Ola (1990), al predecir (si bien se puede o no estar de acuerdo con esta predicción) que la globalización está más cerca y ligada a la evolución cultural que a una conspiración de poderosos. La globalización informática y económica muestra que la sociedad se está rediseñando a sí misma como producto de la creciente formalización de relaciones que surgen y se consolidan desde las mismas redes sociales informáticas globales que las personas usan gracias a internet. La recomendación que surge es aceptar que hay una globalización del cambio cultural y que allí rara vez la política interviene, salvo a través de políticas públicas locales o nacionales, pero que ante la propia globalización muchas veces queda acotada o es incapaz de llegar a las redes globales de opinión en que participan los ciudadanos. Ejemplos que vienen rápido a la mente son los fenómenos del 11-M de España (Herrero, 2013) o de la primavera árabe (Conolly, 2013) que muestran la incapacidad de los gobiernos de controlar determinados movimientos nacionales que se mueven fuera del espacio del territorio urbano del estado y del gobierno, y se mueven por los espacios digitales globales y que les permiten a estos movimientos: contar con medios de coordinación y comunicación que escapan al poder estatal; seguir tendencias organizadoras y democratizadoras internacionales mediatizados y masificados gracias a internet; o, simplemente responder a los poderes del estado con mayor capacidad de reacción y respuesta. Claramente son éstos casos puntuales en la historia social de la política, que no se repiten con demasía, pero están presentes. Ante estas situaciones las reacciones don de diversa índole, teniendo por ejemplo casos de control estatal en China (tanto político como social, Tiezzi, 2014) o casos de control mediante políticas como el de EEUU (OGP, 2014).
Se pueden señalar muchos ejemplos, y se pueden realizar muchos debates sobre los temas abordados y relacionados. Bibliografía es generosa en este sentido. Pero en todo caso, y es lo que interesa fijar en este momento, es que la política ante las tecnologías no debe responder de forma reactiva, sino de forma proactiva, creativa, razonada, renovada, con sentido común y prospectiva.
El Gobierno de Ecuador se plantea la noción del Buen Vivir (SENPLADES, 2013) como el objetivo central de la política pública. Junto con esta nueva noción y los nuevos términos tecnológicos, se genera un debate, enmarcado en la siguiente pregunta ¿Se puede, a través del uso de las TIC conseguir un Buen Vivir? La respuesta está en proceso y va bien encaminada. Primero porque se sabe que las TIC producen un desarrollo de las sociedades y porque se sabe que las TIC mejoran la gestión pública. Y segundo porque está por verse si las TIC regeneran la democracia y legitiman los gobiernos.
Los estados organizan las acciones relacionadas con el uso de las TIC en su gestión y mejora de diversas maneras. Así vemos Planes Nacionales, Estrategias Sectoriales, etc., todas propuestas afectadas continuamente por la evolución o surgimiento de conceptos que varían según las tecnologías convergen, emergen, o desaparecen, o gracias al impacto de soluciones en el sector privado que se aprecian útiles y válidas en el sector público. Por supuesto, todo esto atado a lo que ya sea expresado: que las TIC son exitosas si se conoce la cultura que las usará y se tiene dominio del proceso de transformación que las TIC producen en las organizaciones y del proceso cómo los gestores y las personas evolucionan conforme usan las TIC.
Es misión hoy en día que los servicios públicos encargados de liderar el cambio de las formas y modos de hacer gobierno lo hagan usando de forma inteligente y visionaria las TIC, tal como lo ha asumido desde el año 2014 la Secretaría Nacional de la Administración Pública a través de la Subsecretaría de Gobierno Electrónico.
Esta visión de gobierno:
Este documento expone cómo enfrentar esta problemática desde un Ecuador que busca cada vez más conseguir un Buen Vivir y por ende un Buen Gobierno. Este Buen Gobierno se ha visto que puede abordarse con una visión de Gobierno Electrónico, no como inicio de un proceso sino como el fin de una etapa que dará paso a otros modelos cuya nomenclatura muchas veces es más ficción o buenas ideas, que sin una base estable y sólida desde un “Buen Gobierno Electrónico” no pueden darse. En esta reflexión que busca ordenarse de cara al futuro, se ha decidido hablar de Agenda Digital, sabiendo que si bien usar un término muchas veces restringe y constriñe, ahora permite actuar como organizador de ideas.
Estas reflexiones permiten distinguir tres componentes en esta visión de Agenda Digital futura pero ya en curso:
El documento se organiza en las siguientes partes:
2. Situación actual
En el 2009, se analiza el uso de las TIC en Ecuador y se identifica que existe la problemática llamada Brecha Digital, un fenómeno socio económico que afecta a los sectores económicamente menos favorecidos. Esto significa que no todos los habitantes ecuatorianos tenían acceso a telefonía fija, servicios de internet e incluso a un computador personal, reflejando así, una marcada diferencia entre el grado de desarrollo del sector urbano con respecto al rural. Los factores identificados para la existencia de esta brecha eran:
Ante este escenario, desde ese año en el Ecuador se trabaja en varias iniciativas para poner en marcha el Gobierno Electrónico. En este sentido Ecuador no es ajeno a la búsqueda de una Sociedad Mejor y un Buen Gobierno a través del uso efectivo de las tecnologías de la información y comunicación. Como resultado de esta necesidad se dispone hoye en día de dos Grandes proyectos: el Plan Nacional de Gobierno Electrónico (PNGE) y la Estrategia Ecuador Digital (Mintel ,2013). A continuación se presentan ambas iniciativas presentando de forma previa los conceptos de Sumak Kawsay (o Buen Vivir) y de Gobierno Electrónico.
2.1. Conceptos: Sumak Kawsay y Gobierno Electrónico
Buen Vivir o Sumak Kawsay se encuentra definido en el Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017, como:
En cuanto a Gobierno Electrónico existen diferentes definiciones del término los cuales se asocian al uso de las TIC, al uso del Internet, o al uso de tecnologías. También está asociado a varias definiciones como: gobierno en línea, gobierno digital o democracia participativa o satisfacción ciudadana. La definición más utilizada es la dada por el Banco Mundial, “El Gobierno Electrónico se refiere al uso de las tecnologías de información por parte de las agencias gubernamentales que tienen la habilidad de transformar las relaciones con los ciudadanos, los negocios y otros brazos del gobierno” (Naser, 2013: 7). Aparte puede citarse la Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico (CLAD, 2007) donde Gobierno Electrónico surge dentro de la noción de precautelar el derecho que tienen los ciudadanos a relacionarse electrónicamente con el Estado y en consecuencia la correlativa responsabilidad de los Gobiernos en proveer las herramientas necesarias para satisfacer este derecho.
Para Ecuador, Gobierno Electrónico es el medio para dar un salto cualitativo y cuantitativo en la mejora del desarrollo nacional, no sólo para el gobierno, sino para el ciudadano y la industria. La tradicional visión de que Gobierno Electrónico es para que los procesos o trámites sean automatizados y así mejorados, y alcanzar a cubrir las necesidades ciudadanas, se amplia, a que Gobierno Electrónico sea un medio para que los ciudadanos innoven aprovechando las TIC.
Por supuesto esto implica posturas epistemológicas nuevas o revitalizadas expresadas en frases como: “la información debe moverse, no el ciudadano” (Comercio, 2014), o en otras como que es necesario ´ cambiar los discos duros de las personas que conforman el aparato estatal’. Gobierno Electrónico en Ecuador es un punto de partida hacia un Gobierno Sumak Kawsay con TIC, y ello implica integrar las diversas definiciones o evoluciones o tipos de Gobierno sostenido en TIC que puedan existir o darse a futuro.
2.2. Avances realizados por el Gobierno Ecuatoriano: EED y PNGE
2.2.1. Estrategia Ecuador Digital (EDD)
La Revolución Ciudadana a través Mintel establece la Estrategia de Ecuador Digital v2.0 2012 (Mintel, 2014), para conseguir la consolidación de la democracia en el Ecuador en términos de acceso, derechos, igualdad de oportunidades y condiciones dignas de vida para la mayoría de ecuatorianos.
La estrategia de Ecuador Digital se basa en tres ejes claves:
A) Propiciar, impulsar, generar y fomentar un modelo de desarrollo e innovación: social, solidaria e inclusiva, en los sectores urbanos, rurales, urbano marginales, comunidades y grupos de atención prioritaria, a través del uso intensivo de las TIC. Para conseguirlo se apunta a:
B) Desarrollo de la Banda Ancha en el Ecuador, con el objetivo de fomentar el desarrollo de infraestructura y tecnología en todos los sectores del territorio ecuatoriano, y conseguir que la mayoría de los ecuatorianos se encuentren en capacidad de acceder a información, producir información y generar conocimiento mediante el uso efectivo de las TIC. Para conseguirlo se define:
C) Modernizar la infraestructura de las TIC de las entidades públicas.
2.2.2. Plan Nacional de Gobierno Electrónico (PNGE)
En el Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017 se establecen como meta incrementar el índice de desarrollo de Gobierno Electrónico a un valor de 0,63 para el 2017. Este índice es un indicador compuesto que mide la predisposición y la capacidad de las administraciones nacionales para utilizar las tecnologías de la información y de las comunicaciones en la prestación de los servicios públicos.
Basados en las necesidades gubernamentales y en respuesta a los compromisos internacionales, el 20 de noviembre de 2014, se publica el Decreto Ejecutivo 149, relacionado a Simplificación de Trámites y Gobierno Electrónico, determinando que la Secretaría Nacional de la Administración Pública (SNAP) será la rectora en temas de Gobierno Electrónico en la Función Ejecutiva y se encargará de la emisión del Plan Nacional de Gobierno Electrónico.
En mayo del 2014 se lanzó el Plan Nacional de Gobierno Electrónico (SNAP-SGE, 2014), con el fin de plantear un punto de partida a un modelo e gobierno sostenido en las tecnologías, en el apoyo en consecución de una democracia renovada, y el aprovechamiento del potencial emprendedor y visionario de las personas que viven en el Ecuador no cómo un territorio sino como un sentimiento.
Igualmente se enfoca con una visión del servidor que vuelve a mirarse como ciudadano con lo cual el cambio que se busca con el Gobierno Electrónico puede hacerse de forma endógena, desde el propio estado, haciendo que todo ciudadano, comenzando por casa, está involucrado en el proceso del uso inteligente de las TIC.
Este plan no nace cómo un objetivo, sino cómo un medio en el desarrollo del país, y por ello es un plan pensado para alcanzar un agenda digital integral, completa y visionaria, esta agenda es un modelo que integra la complejidad de los avances en el país y los resultados que se esperan para los ciudadanos desde el gobierno.
Es así como se establece:
Gracias a este modelo el gobierno vertebra, usa y combina diversas estrategias institucionales, tecnológicas y de gobernanza para responder a un modelo de gobierno basado en TIC, cuyos ejes vertebradores son: varios componentes core como pilares, objetivos, y soluciones; diversas estrategias institucionales y tecnológicas de sostenibilidad y de impulso; un conjunto probado de herramientas de gestión y de ingeniería organizacional; un sistema de innovación social de gobierno basado en TIC, un observatorio de gobierno y TIC; entre otras. Todo esto unido a un conjunto de buenas prácticas que dieron forma en breve plazo al Plan (EKOS, 2014).
Sin Plan, el país escaló 19 posiciones entre el 2012 y 2014 en el índice de Gobierno Electrónico de las Naciones Unidas, y se ubicó en puesto 83, entre 193 países. Estos resultados se potenciarán aún más con la implementación del Plan en la administración pública, y se espera alcanzar entre otros fines:
El plan se nace como un documento vivo en continua interacción con la ciudadanía de la cual se reciben propuestas de mejora que son analizadas e incorporadas en nuevas versiones del Plan.
El Plan de Gobierno Electrónico (http://www.gobiernoelectronico.gob.ec) se diseña a partir de los siguientes elementos: principios, modelo de gobierno electrónico, y plan de implementación.
El Modelo de Gobierno Electrónico en detalle cuenta con:
a.- Pilares del Plan Nacional de Gobierno Electrónico
b.- Estrategias: se establece varias estrategias que deben ser cubiertas por los proyectos de Gobierno Electrónico para alcanzar una verdadera contribución al cumplimiento de los objetivos del PNGE. Para ello en la planificación se verifican que todas las soluciones que se formulen deben cumplir con la incorporación de la mayor cantidad de las estrategias posibles. En las figuras 4 y 5 se muestran las estrategias indicadas, y la meta al 2015 de cuantas estrategias debe incorporar cada solución.
c.- Parque soluciones. Se corresponde con el conjunto de soluciones de Gobierno Electrónico existentes y por desarrollar.
d.- Objetivos. Surgidos de talleres participativos, interactivos y colaborativos con diversos actores de la realidad nacional, y con el aporte de los propios servidores públicos, los objetivos con la esencial del PNGE: ser gobierno cercano, ser gobierno abierto, y ser gobierno eficiente y eficaz.
3. Componentes.
Enfrentar el continuo avance de las TIC en el espacio de lo público requiere un tipo de Agenda Digital visionaria y con capacidad de reconocer los nuevos retos que las TIC suponen para un gobierno. Por esta razón se plantean 3 componentes que, se puede decir, co-existen de forma natural.
3.1. Gobierno contigo a un click.
Este componente busca satisfacer todo lo que el PNGE incluye.
Claramente este componente busca satisfacer las necesidades de todos los actores con los cuales interactúa el Gobierno, léase: Ciudadano y Residentes, Empresas públicas y privadas, las diversas funciones del gobierno no centrales y otros actores del estado, y Empleados o servidores públicos. Una reflexión sobre este aspecto lleva a sugerir en replantear los Códigos de Ética que los servidores públicos, planteado ahora en perspectiva como una política nacional de transparencia y de erradicación de malas prácticas, de un Buen Hacer en el Gobierno. Implica igualmente disponer de información para la toma de decisiones, con fuentes de información compartidas, interconectadas e interoperando, con datos de calidad, públicos y abiertos, entre otras consideraciones que apuntan a que cualquier persona comparta información y se gestione el conocimiento del gobierno, lo cual suele ayudar a difundir y masificar cualquier conocimiento en forma de procesos estandarizados, colaborativos, participativos e inclusivos.
3.2. Gobierno en la palma de la mano.
Este componente busca desarrollar un espacio creativo entre gobierno y ciudadanía para co-participar colaborativamente de soluciones disponibles en tecnologías inteligentes. Se origina al observar que ya no es necesario conectividad, sino de desarrollar aplicaciones para los dispositivos inteligentes que ya están usando las personas. No es necesario tener en todo el país conectividad, que en sí ayuda, sino en pensar en cómo integrar datos y conocimiento usados en dispositivos de procesamiento elementales o sofisticados que permiten generar nueva información y conocimiento que permita al ciudadano ya no buscar un “punto de información”, sino que la información llegue a su mano en un dispositivo móvil inteligente, con lo cual se consigue soberanía de la persona al aprovechar información que la puede ver en un teléfono móvil. Mientras en el anterior componente hablamos de servicios y trámites reducidos, acá hablamos de nuevas prestaciones y demandas que surgen al procesar y proyectar y estudiar tendencias de las personas a través de la gran cantidad de datos que se tiene de cada ciudadano.
Este componente involucra el uso reflexivo, proyectivo y prospectivo de la información que un gobierno custodia. Ahora es cuando todos los actores mencionados en el punto previo, ya no esperan servicios o trámites mejores y más cómodos. Se trata de anticiparse a eventos y dar soluciones, pero siempre bajo el marco de respecto a la individualidad y la liberta que cada persona tiene el derecho de reservarse como propia y personal. Se trata de advertir situaciones generando acciones preventivas que no excluyan de la solución a ninguna persona. O, entre otras más ideas, se trata de que la información, donde se origine o llegue, de lugar inmediato a conocimiento para actuar sobre eventos presentes y futuros. Todo esto incluye situaciones que enriquecen la innovación y el desarrollo, dando forma -si existen las bases jurídicas que regulen e igualen estas nuevas formas de servicio in-the-site- a una economía solidaria del conocimiento.
3.3. Gobierno satisfactorio.
Este componente busca conseguir un modelo de revisión continua del proceder del gobierno. Se fundamenta en que al ciudadano hay que escucharlo pero también dándole un espacio para que proyecte sus soluciones con herramientas que el propio Estado puede aportarle. La idea es tener uno o varios modelos donde se mida la satisfacción con el gobierno, no sólo las facilidades que le presta. Esto porque tecnificar y automatizar no garantiza satisfacción ciudadana ni desarrollo humano. Esta satisfacción va unida a la idea de conseguir un valor público para la ciudadanía a partir de los servicios que el gobierno ofrece desde el gobierno electrónico.
Este componente incorpora nuevos mecanismos que renuevan y generan nuevas formas de participación ciudadana, y los involucra en los procesos de gestión gubernamental generando una Democracia participativa e innovadora. Aquí no se habla de reducir trámites, sino que la experiencia y la vivencia de estar en un país sea satisfactoria. Esto transforma la experiencia del ciudadano frente, ya no al gobierno, sino frente a los trámites que debe realizar.
Conclusiones
Queda evidenciado que reforzar el uso de las TIC en todos los ámbitos permitirá conseguir el Buen Vivir de los ciudadanos, objetivo central del Gobierno Ecuatoriano.
Estas ideas resumen lo que los diseñadores o teóricos de nuevos modelo de gobierno basados en el uso de TIC deben recordar: estos nuevos modelos no pueden existir sin una adecuada base de gobierno electrónico en lo institucional, en lo tecnológico y en la gobernanza de la propia evolución del gobierno electrónico. En suma, se puede afirmar que se pueden dar muchos ejemplos de modelos de gobierno basados en TIC cuando se cuenta con: una visión estratégica del cambio que las TIC producen en un gobierno y, en las relaciones que el gobierno tiene con los diversos actores de un país y con quienes se relaciona a nivel mundial. La conclusión es que este esfuerzo no se pierde cuando se cuenta con una visión transversal y de largo plazo que supera modelos y planes presentes, pero es más provechoso cuando se funda y tiene como fin que el ciudadano sea un actor a ser satisfecho con servicios de calidad accesibles y satisfactorios en todo el territorio que ocupa y donde se desenvuelve como parte de su país de residencia.
Gobierno Electrónico no es automatizar trámites y procesos. Esto es una visión tradicional. Gobierno Electrónico hoy, ahora, es primero que nada una reflexión del rol del gobierno cuando las TIC han permeado las fronteras de poder que separaban al gobernante y al político del ciudadano y que han permeado las fronteras socio-organizacionales entre servidor público y ciudadano, y por lo mismo, el gobierno debe recrearse junto a sus modelos de gobierno para responder a una nueva forma de política y de poder donde los ciudadanos van comprendiendo que no son clientes del estado, sino, en términos técnicos prosumers (productores y consumidores de información) del poder, y en términos más llanos, ‘son-gobierno’. Y segundo, Gobierno Electrónico, ya no es un proceso que termina, sino que debe usarse como la base del cambio institucional, tecnológico y de gobernanza, donde su propia puesta en acción no puede seguir inclusive los pasos tradicionales de –por ejemplo- madurez de gobierno electrónico, sino que debe ser vivo y ajustarse a las cambiantes exigencias del país donde se esté ejecutando este proceso. En el primer caso, Ecuador ya ha asumido esta forma de gobernar con el ciudadano a través del Plan Nacional de Buen Vivir, y en el segundo caso a través del propio PNGE y en cierta medida con el EED. Pero lo faltante es una nueva concepción de cómo enfrentar con visión más amplia la nueva Agenda de las TIC en el proceso de gobierno, y por eso se plantea esta potencial nueva Agenda Digital, cuyo nombre, se insiste, es más un recurso ordenador que la esencia misma de la idea propuesta.
Bibliografía
Reseña Biográfica
Christian A. Estay Niculcar, Dr, Dr, Dr(c), Post Doc, MBA, Ms, Mg
Subsecretario de Gobierno Electrónico en la Secretaría Nacional de la Administración Pública de la República del Ecuador. Ingeniero en informática con una fuerte formación en ciencias sociales y humanidades, gestión de proyectos, de TIC y de gerencia estratégicas de innovaciones, que aplica de manera constante en sus cargos y funciones profesionales. Su experiencia se basa en el amplio campo de la ingeniería de proyectos y de la innovación basada en TIC, abarcando diversos temas asociados a las disciplinas del manejo de la información y la informática en las organizaciones, desde el espacio tecnológico-computacional hasta el de las relaciones humanas. Su vida profesional y académica se desarrolló entre Chile, Ecuador y España, tanto dirigiendo y liderando proyectos de negocio a nivel comercial y de ingeniería, como gestionando actividades académicas de pregrado, postgrado y capacitación/formación continua. Ha puesto en marcha ofincias nacionales y globales de proyectos TIC tanto en Chile, como en España y Ecuador, diseñando los nuevos modelos organizacionales y de negocio, formando a sus equipos y directivos, y definiendo las estrategias y los planes de desarrollo y crecimiento a largo plazo; y, diseñó y lideró diversos proyectos de cooperación en varios países de América Latina y el Caribe, habiendo dirigido también proyectos de negocio y de desarrollo institucional y estratégico. Es Ingeniero Civil en Informática y Magíster en Ingeniería Informática por la Universidad Técnica Federico Santa María, Máster en Dirección Estratégica (MBA) y Máster en Recursos Humanos y Gestión del Conocimiento por la Universidad de León, Doctor en Proyectos de Innovación Tecnológica por la Universidad Politécnica de Cataluña, Doctor en Software por la Universidad Internacional de Cataluña en el Departamento de Ciencias Sociales, Humanas y Jurídicas, y Doctor (c) en Sociología Avanzada por la Universidad de Barcelona. Cuenta con estudios postdoctorales en Ingeniería de Proyectos por la Universidad Politécnica de Cataluña.