Espacio de reflexión personal dedicado a la investigación e innovación aplicada cuando se vinculan a la ciencia proyectual, y se aplican al desarrollo de las personas, la gestión estratégica y la sociedad.
La gestión de un proyecto de innovación suele asociarse con un conjunto de actividades creativas, sin embargo, la exigencia de concreción y de sostenibilidad de los resultados en este tipo de proyectos «aterriza» la creatividad e introduce el pragmatismo de la obtención de resultados medibles y/o monitoreables.
Por lo mismo son diversas las dimensiones que alcanza un proyecto de innovación y que el gestor del proyecto debe cuidar.
En este artículo abordo algunos de ellos:
Veamos cada uno.
El proyecto de innovación, sin embargo, analiza siempre la actividad innovadora del sector de la organización o empresa, con el fin de:
La siguiente infografía comparte claves de un análisis sectorial, creado con el fin de dar el foco a los proyectos de innovación.
Cuando este análisis no se hace los proyectos de innovación suelen concluir, cuando son 100% exitosos, en conseguir ventajas comparativas.
El proyecto de innovación «mueve» muchas cosas en una organización o empresa, lo cual requiere muchos esfuerzos de dar explicaciones y aclaraciones, por ejemplo: explicando el proyecto, el motivo de estar innovando, la importancia al negocio de innovar, entre otros mensajes.
A veces, más bien por prisas aunque también por poco dominio de lo que es la innovación, se busca forzar una organización con expresiones que buscan que las cosas se muevan. Usarlas, hoy en día, son frases negativas que generan un gran estrés en muchas personas.
La siguiente infografía comparte algunas de estas frases consideradas hoy en día «asesinas de la innovación». Otras que también se escuchan son: «hay que ser como en el cuento a García» (en alusión a la historia «Una Carta a García«), o «Tus habilidades blandas no están suficientemente maduras».
Cuando estos mensajes se usan, como «seudo frases motivacionales», reflejan una declaración de ignorancia e irresponsabilidad y por la sencilla razón de se ha perdido de vista que en el centro de toda la innovación está la persona (sea cliente, empleado, ciudadano, o la categoría de moda).
El proyecto de innovación, como cualquier proyecto, es un tema cultural, muchas veces tratado de forma muy ligera. Lamentablemente la cultura de innovación se confunde actuar con actitudes y comportamientos creativos o como un término lejano («la cultura no cambia», pero dicho por alguien que se sitúa fuera de la cultura), sin embargo la cultura de innovación no es unos u otros, son, somos, todos y todas y eso implica formas de gestión nuevas.
Esta ligereza suele ocurrir por desconocimiento o falta de formación en saber que cada persona es el centro de la innovación, tanto como parte de un proyecto de innovación (project manager, coach, team, especialista, colaboradores, directivos, entre otros actores), como siendo el receptor del resultado del proyecto de innovación (cliente, operador, o usuario).
La siguiente infografía presenta los rasgos esenciales que deben tener quienes son parte de una unidad o cultura de innovación.
Cuando este análisis no se hace los proyectos de innovación confunden sesiones motivacionales del tipo «explosión de emociones» y expone poca preparación en formar culturas de innovación.
Un proyecto de innovación es una operación organizacional que requiere estar mirando siempre nuevas prácticas dentro de un contexto estratégico y organizacional.
Comprender el contexto es clave en cualquier proyecto, sea o no de innovación. Y acometer el contexto requiere destrezas de operación en la gestión del proyecto de innovación hoy en día esenciales. Hay que señalar que cuando se usa la expresión «operación del proyecto» alude al trabajo de la gestión y no tiene ni guarda relación con el término o concepto asociado al nivel organizacional «operacional» u «operativo».
La siguiente infografía expone prácticas que ayudan a acometer el contexto con una clara mirada estratégica.
Cuando el contexto se olvida o queda fuera, como cualquier proyecto, el riesgo de fracaso aumenta de forma «muy riesgosa».