Espacio de reflexión personal dedicado a la investigación e innovación aplicada cuando se vinculan a la ciencia proyectual, y se aplican al desarrollo de las personas, la gestión estratégica y la sociedad.
Mucho se habla de que estamos ante las empresas 4.0. Y ni hablar de todo lo relativo a los procesos de cambio ligados a la transformación digital y la innovación digital, y dentro de poco el requisito de sobrevivir en la economía de la innovación. Ya incluso hablamos, dentro de nuestra gloriosa idea de inventar nombres, de la importancia del Chief Digital Officer. Y todo ésto, sin dejar de lado, y que pasó muy rápido, la era 3.0, que más bien se centró en la Web 3.0.
Esto supone muchos retos a muchos actores en muchos temas.
En estos «muchos», hay un sector económico importante que tiene o debería tener un rol clave: la consultoría TIC, sea interna o externa a una organización.
En este post hago reflexiones sobre este sector económico y su futuro para preparar a las organizaciones a dar el salto hacia las nuevas formas de organización, tengan el nombre que tenga, pero que ahora apuntan a la empresas 4.0, a la empresa digital, al sector digital, a la empresa innovacional, etc. Y una pregunta importante, es … ¿sabemos realmente si dominamos todos estos conceptos para hacer estos cambios? o más directo y simple, asumiendo que el fin es una organización digital o 4.0 … ¿sabemos cuál proceso de transformación aplicar para llegar a ese fin?
El contenido de este post es la versión ampliada de la sección Consultoría TIC aparecida la Revista Computerworld de Ecuador (http://computerworld.com.ec/2-uncategorised/485-consultorias-tic-284.html) de la cual fui autor.
Los temas abordados en este post son:
La Consultoría TIC ha evolucionado a lo largo y en paralelo a los avances tecnológicos informáticos y a la comprensión cultural que se ha ido adquiriendo de estas tecnologías. Por esta razón, el término tiene muchas acepciones. Sin embargo existen conceptos e ideas claras en Europa y Estados Unidos sobre lo que se entiende por Consultoría y en particular Consultoría TIC.
Hace 25 años, en Europa del Norte y en países como Nueva Zelanda y Australia se formalizó más la comprensión por Informática y su Consultoría, dejando claro que no es un tema de técnicos ni de temas computacionales. Ahora son temas pluridisciplinares y epistemológicos que incluyen a muchos profesionales.
En América Latina, el tema ha estado ligado a las tecnologías que los países adquieren o pueden adquirir, con un marcado y errado pensamiento de que son temas de expertos en sistemas o en computación o en desarrollo de software, siendo este un error profundo que los países menos atrasados de América Latina han dejado atrás y les ha permitido avanzar de forma importante en este campo. Además las TIC han definido un espacio de “expertos” basados en tendencias no probadas llegando a producir grandes pérdidas económicas a los países.
En general, la Consultoría TIC se vislumbra como un servicio experto de asesoría empresarial de visión holística, demostrado y validado, interno o externo a una empresa, cuyo fin es la consulta, el asesoramiento, la coadyuva y/o el acompañamiento a un Directivo, una Directiva, o un equipo humano en la transformación, construcción e implementación de nuevos enfoques sobre la operación de un negocio en el actual mundo digital, la reflexión sobre soluciones de base TIC dirigidas a mejorar los resultados de su negocio o simplemente la puesta al día de las tecnologías TIC de base de un negocio.
Se centra en un problema a resolver dentro de un negocio que requiere inversión en tecnología, y los beneficios van más allá de la compra de un software o de un hardware particular, ya que la Consultoría TIC define la ruta óptima a seguir para incrementar la productividad y alcanzar niveles de madurez empresarial que permita definir metas medibles en rangos de tiempo determinados a través de diversas herramientas y analizar el impacto de los resultados.
Antes de contratar una Consultoría TIC se debe precisar el sentido de la expresión TIC. La experiencia muestra que, bajo una óptica clásica pero válida por su amplitud pasada, presente y futura, TIC no es sinónimo ni se limita a internet, software, hardware o web, sino a todo el conjunto de componentes organizacionales y tecnológicos que posibilitan la valorización, madurez, seguridad, y despliegue estratégico de la información y de los elementos que la gestionan, procesan y transmiten de forma digital y no digital.
Por lo mismo una consultoría TIC se focaliza siempre en todo el proceso necesario para el despliegue, gestión, impacto y uso de tecnologías informáticas y otras asociadas como, por ejemplo, de ingeniería organizacional o innovación de modelos de negocio, para garantizar la rentabilidad, viabilidad y sostenibilidad de un negocio. Esto no excluye que se consideren tecnologías industriales.
Esta visión, hoy en día, se traduciría en ayudar a un negocio a comprender cómo ser parte y liderar mercados basados en la actualización e inmediatez de la toma de decisiones de las personas y al mismo tiempo usar modelos robustos y flexibles de negocio, ante los rápidos cambios presentes de una sociedad donde el conocimiento, la creatividad, la innovación, la cercanía, y la colaboración son los bienes y los activos que las personas exigen, sean trabajadores o clientes.
Una Consultoría TIC requiere ser muy precisa en distinguir las necesidades TIC que hoy en día son muy variadas y muchas veces no guardan relación necesariamente -por ejemplo- con el desarrollo de sistemas informáticos, o la instalación de infraestructuras computacionales, o la capacitación en temas ofimáticos.
Hablamos de convertir información y conocimiento en servicios, bienes o productos para un mejor estándar de vida, en conseguir empresas o fábricas inteligentes, y en cristalizar la imaginación.
Lamentablemente esta distinción no se hace frecuentemente y por Consultoría TIC suele confundirse o quedar limitada con un servicio técnico, una subcontratación para instalación de hardware o una capacitación. Una buena Consultoría TIC sabrá detectar este nivel de inmadurez organizacional y dará las herramientas para que una empresa pueda avanzar en la comprensión que se requiere de las TIC y que se indicaron anteriormente.
Por ende, una Consultoría TIC se define por su efectividad perse cuando articula sus tareas dando importancia y valor al recurso información, como algo previo a la digitalización de la información y su procesamiento computacional. Y, como resultado se consigue desde el incremento de la facturación o la disminución en costes administrativos, hasta otros como la diferenciación de la competencia del negocio, o la reinvención innovadora de sus procesos y modelos de negocio.
A modo de ilustración, y tras diversas experiencias, se detallará sobre lo que puede considerarse contemporáneamente como Consultoría TIC:
Una empresa debe buscar una Consultoría TIC cuando, por ejemplo, busque un «aire fresco» a la organización o cuando ya no cuente con procesos que aporten nuevas ideas o revitalicen un negocio en temas que puestos en el papel o sin la debida comprensión de lo que son las TIC hoy en día, parecen procesos propios de departamentos de Sistemas o simples automatizaciones de procesos al mundo online, pero que, sin embargo, no lo son ni lo han sido jamás.
La Consultoría TIC, en este ámbito, se precisa cuando se trata de abordar procesos de “Negocios & TIC” (cuya denominación puede ser limitada si se quiere) entre los cuales destaco algunos:
La búsqueda de una Consultoría TIC debe –obligatoriamente- abrir nuevos espacios de reflexión en cómo aprovechar las TIC para mejorar un negocio a través del aprovechamiento de la información digitalizada y de la virtualización de determinados aspectos del negocio. Lamentablemente, suele caerse en el error que se debe buscar una Consultoría TIC en momentos de crisis. Es frecuente escuchar frases como “mi competencia está vendiendo en Internet y porqué yo no… busquemos una consultoría que nos ayude pronto”.
Pero antes de buscarla, es preciso identificar el problema y focalizar la Consultoría TIC en profundizar en el motivo de esta crisis y la ponderación de las opciones o alternativas de enfrentarla. Una Consultoría TIC es más valiosa cuando no hay crisis, pues permite analizar mercados y soluciones organizacionales y tecnológicas en momentos en que la competencia no espera cambios y más aún, cuando la empresa cree que no tiene problemas. Estos suelen ser los momentos oportunos para detectar puntos de mejora, de innovación, de crisis potenciales, entre otras. Por supuesto en momentos de crisis se hace imprescindible, pero los riesgos pueden aumentar si quien hace la Consultoría TIC no tiene herramientas, formación y experiencia en situaciones de solución de corto plazo y muchas veces con consecuencias de alto impacto financiero.
Por este motivo, habría que asentar la idea de que una Consultoría TIC hoy en día no se busca, sino que es un proceso que está inserto a las empresas. No es una excepción, no es un proveedor más, es un aliado estratégico y un proceso de apoyo continuo con reglas contractuales muy bien definidas.
Se la busca en un momento determinado de necesidad de ayudar en una reflexión empresarial, y por lo mismo cuando elegirla es una reflexión que requiere superar ciertos análisis. Elegir una Consultoría TIC requiere discriminar muchas personalidades, profesionales y oficios bien intencionados dedicados a diversas tareas TIC. Una característica de este sector es que está dominado por discursos sostenidos en introducir la “última moda o tendencia en management”, el “más reciente buzzword” de la literatura, o la “última ola tecnológica”. Casos de fracasos hay muchos, pero igualmente hay varios y robustos casos de éxito.
La elección de una Consultoría TIC parte exigiendo a quien la provea, sea un profesional o una empresa de Consultoría, la capacidad de prospección y de vigilancia estratégica de los llamados procesos de “negocios & TIC” útiles a los clientes. Elegir una Consultoría TIC es escoger a alguien preparado para definir y demostrar cuantitativamente que lo ofrecido “es la solución” aunque pareciera que incluso se vaya “contra la corriente”. De hecho, al momento de escoger una Consultoría TIC, este aspecto es esencial.
Elegir una Consultoría TIC tiene como exigencia que la empresa, según su etapa de consolidación y crecimiento, y su entorno, debe estar dispuesta a producir una serie de acciones que produzcan un impacto positivo en términos competitivos, de lo contrario la Consultoría TIC no será una inversión sino un gasto. La Consultoría TIC en estas situaciones ayuda a precisar una visión externa, que permita extraer las fortalezas y oportunidades de los equipos de trabajo y potenciar el know-how o los llamados puntos de innovación, lo que dará luz a estas acciones de impacto que crearán las ventajas competitivas adecuadas para el entorno y situaciones actuales.
En un primer análisis enfocado en quién provee la Consultoría TIC, aparecen dos extremos de tipos de Consultoría:
Existen formas intermedias, como la Consultoría TIC interna o la ITaaS. La primera es escoger una de las formas previas pero con un contrato interno o que alguien de -por ejemplo- un Departamento de Sistemas (que no es lo mejor, pero en ocasiones es lo que queda por hacer) asuma estos role. La segunda es la tercerización de ciertos servicios IT pero entre éstos deben incluirse servicios propios de la consultoría TIC. Ambas formas son llamadas soluciones «parche» para lo que se entiende como COnsultoría TIC en este post.
Escoger una u otra depende siempre de tener claro que el primer factor de decisión viene de que, a quien se contrate, ofrezca la capacidad de comprender la realidad organizacional y no imponer, lo más frecuente, una “metodología de trabajo”. Esta decisión requiere que el Consultor, Consultora, o empresa de Consultoría, posea capacidad de trabajar en terreno con las personas de la organización, y que sus resultados no queden reducidos a un documento, un “papel que terminará guardado en un cajón”. Por supuesto, no deben dejarse de lado factores como la experiencia demostrada y cuantificable del oferente de la consultora, experiencia en casos similares e igualmente en casos isomorfos, el valor económico de los servicios ofrecidos, la fortaleza financiera para enfrentar potenciales problemas que surjan, entre otros.
En un segundo análisis, más enfocado en las acciones de una Consultoría TIC, cada una de las cuales define subtipos de Consultoría TIC y que son transversales a los dos tipos dados anteriormente. Hay que clarificar que, por supuesto, se propone un listado basado en las tareas esenciales y podría ser contradictoria a enumeraciones sostenidas en términos o tecnologías de moda, pero como se apreciará, es un listado que engloba a cualquier metodología, método, herramienta o tecnología TIC.
Estas acciones (y subtipos) cuya suma definen una Consultoría TIC integral, son:
Es importante que quien contrate una consultoría TIC tenga una visión a largo plazo y no se contrate a un consultor TIC para corregir problemas emergentes como si se tratara de un departamento de bomberos ya que el rol y participación de un consultor en el campo de las TIC es poder aportar a la empresa descubriendo las oportunidades de crecimiento y productividad a través de metodologías, modelos de madurez, y herramientas de ingeniería informática y de gestión.
Sobre estas acciones puedo acotar de manera muy amplia.
Una de las principales claves para manejar una Consultoría TIC es la confianza y la afinidad con el cliente. Estas cualidades se identifican durante la toma de contacto inicial donde se plantean las necesidades y oportunidades y se concreta el alcance inicial de la consultoría. Por supuesto esto puede o deberá estar atado a acuerdos de confidencialidad y de clarificar –la empresa- el porqué se precisa y que entenderían por Consultoría TIC.
No puedo dejar de enunciar que puede ser necesario antes o luego del contacto inicial un proceso de due diligence del potencial oferente del servicio de Consultoría TIC, especialmente si está involucrado el futuro de la empresa, o se realizarán importantes inversiones. Debe investigarse o pedirse al Consultor, Consultora, o Empresa de Consultoría sus métodos aplicados, capacidad de adaptar sus enfoques y criterios, publicaciones profesionales y académicas.
Una vez contratado el servicio, se inicia una fase de concreción donde se corrobora en detalle el alcance inicial mediante la obtención de información del cliente desde la fuente que permita conocer en detalle tanto las problemáticas y oportunidades del cliente, como sus fortalezas. Esto incluye levantamiento de procesos, auditorías internas, identificación de personas clave, revisión de estrategias y modelos de negocio, barreras de cambio, levantamiento de información de sistemas tecnológicos y sus tecnologías, etc. Esta fase incluye el cronograma completo de reuniones e hitos de control y sus mecanismos de aprobación de acuerdos.
El contrato debe dejar claro que la Consultoría no es un encargo, sino un proceso de la empresa en un entorno de co-construcción.
A partir de la disposición de esta información, ya estaríamos preparados para seleccionar al equipo de trabajo conjunto para co-crear entre el cliente y el equipo consultor la solución y proyectar el plan de acción. En ocasiones esto se hace previamente según la criticidad de las personas en el éxito del despliegue de la solución a encontrar.
Se basa en la implicación y motivación del equipo de trabajo en un entorno donde se incentive la innovación y la colaboración para identificar de manera estructurada soluciones factibles que den respuestas a las demandas de la dirección considerando una visión interna y otra externa, y consensuar la mejor solución para cada necesidad.
Con la aprobación de esta proyección se inicia el proceso de Transformación, donde se desarrollan todos los componentes de la solución (tangibles e intangibles). Estos desarrollos se diferencian en 3 niveles:
En paralelo a estas fases existen otras adicionales diferenciales que marcan la diferencia entre un proceso de transformación y una consultoría y serían los siguientes:
En este momento aún no se puede dar por finalizada la consultoría ya que existe una última fase crítica, la validación de resultados y ajustes, donde se debe confirmar la consecución de los objetivos comprometidos con la Dirección. Esta última fase, o de Cierre requiere fuerte formalización de los resultados, inclusive legal. El cierre es un proceso que debe planificarse y al menos debe requerir, aparte de los resultados pactados y acordados, cumplimiento del pliego de condiciones, viabilidad de recomendaciones que respondan a los objetivos y necesidades de la empresa y eficaces en su ejecución.
La Consultoría TIC requiere un análisis pormenorizado de los componentes de los indicadores empleados en el Sector TIC, y una revisión de las tendencias observadas. La suma de estos análisis permite detectar que la Consultoría TIC presenta un alto interés a nivel mundial y dentro de Ecuador se encuentra en un momento oportuno frente a los retos de internacionalización, de focalización en negocios rentables, y disminuir las dependencias estructurales del sector gobierno o el aún pequeño ecosistema de innovación y el reducido mercado nacional.
La Consultoría TIC debe ser parte de los presupuestos de empresas y gobiernos, y es momento de que la Consultoría TIC ofrezca servicios según las tendencias globales.
En Ecuador existe el Informe de Sociedad de la Información en Cifras, a junio del 2015. En este documento, por la metodología de análisis y alineado a estudios internacionales, se presenta el Sector TIC constituido por los subsectores de Telecomunicaciones, Hardware, Software, Contenidos, Servicios e Internet (este último caracterizado como de proveedores), pero el informe se centra en el estudio de 3500 empresas de solamente los primeros 4 sectores.
El estudio refleja que el sector Telecomunicaciones desborda u opaca a los otros sectores en todo sentido, pero esto es reflejo de las altas inversiones en conectividad en que ha estado el país. Aclarado este punto, los otros 3 sectores: Hardware, Software y Contenidos, presentan resultados que no deben dejarse de lado.
Así vemos que mientras el sector Contenidos y Servicios a nivel de empresa lideran el mercado entre los 4 sectores (el único donde el Sector Telecomunicaciones no lidera los resultados), son inversos en ventas y viabilidad de negocio, con los siguientes impactos:
Dejado de lado este último Sector se aprecia homogeneidad en los otros 3 sectores debido a múltiples factores: concentración en el mercado gubernamental, variedad formativa de universidades y centros de formación, mercado muy acotado, entre otros.
A pesar de lo anterior, el Sector Software tiene un 10% de utilidad en ventas, siendo el más alto sin considerar Telecomunicaciones (23%).
En los últimos años claramente ha habido un incremento en los gastos y las inversiones en TIC, y de igual forma que en otros sectores económicos (economía digital o contenidos digitales), ahora requieren crecer y madurar en términos de análisis prospectivos de los negocios y utilidad de la tecnología, para lo que se hace imprescindible una Consultoría TIC.
Estos resultados y tendencias se corresponden con modelos clásicos de madurez en el uso y comprensión de las tecnologías, por ejemplo el Modelo de Nolan. Y así vemos que en este escenario se puede identificar cómo las empresas han pasado o han comenzado a superar la fase de adquisición y/o renovación de tecnología donde claramente los expertos TIC en desarrollo e infraestructuras han tenido un papel fundamental.
Si a esto se le suma que las empresas son cada vez más conscientes de la importancia de analizar el impacto antes de invertir en tendencias y modas TIC, es natural que se requieran tanto consultorías específicas de tecnología de hardware y de software, como consultorías TIC, pero siempre alineadas a los modelos de negocio.
Volviendo al análisis del país, pero considerando las tendencias e indicadores internacionales, se aprecia claramente que el sector TIC es un sector económico, poco dinámico en contenidos y servicios, y muy focalizado en telecomunicaciones unido al de hardware. O sea es un sector de actualización o puesta al día tecnológica. Como se dijo anteriormente, no es nada anormal esta situación, ya que como madurez, el país ha estado inmerso en una etapa de modernización tecnológica en base a altísimas inversiones de infraestructura, y con los otros sectores que van atrás por ser aún poco atractivos.
La evolución de otros países, y los pasos dados en Ecuador, muestran claramente que en Ecuador en particular, y en general a nivel mundial, la Consultoría TIC está en buen (quizás excelente) momento en dar ayudar a dar el salto para apoyar los procesos complejos que requiere la Consultoría TIC en estos momento.
Para conseguirlo, se precisa:
Independiente de si la Consultoría TIC la ofrece una persona o una empresa de Consultoría, resultan relevantes valores constatados como: Honestidad, Transparencia. y Cercanía.
De igual importancia es constatar que el Consultor, Consultora o empresa de Consultoría maneje el concepto de que el experto es el cliente, y la Consultoría TIC ayuda a descubrir a que esa expertez emerja y se concrete y alinee con la mejor solución ofrecida o detectada.
Al respecto, existen organizaciones internacionales (como ACM, IEEE o PMI) que ofrecen códigos deontológicos que regulan estas relaciones y transformando la ética en requisito profesional de la consultoría. En cualquier caso debe acotarse que el contratante puede incurrir en riesgos si asume la Consultoría TIC como la contratación del “que sabe”, y de hecho expone al cliente y muestra su inmadurez en enfrentar los retos actuales de los mercados.
Siguiendo con esta generalización, entre los requisitos, cuando se trata de desarrollos de software o de actualizaciones tecnológicas, hay que exigir que el equipo a contratar no sea no sea una conjunto de programadores o técnicos freelance de “último minuto”. En este campo, incluyo se corre el riesgo de contratar al “gurú” sin experiencia.
Entrando en el detalle de la personas a contratar o de las personas ofrecidas por una empresa de consultoría, los requisitos son las personas, cuyo concepto de ofrecimiento, selección y aceptación es el concepto que muchas veces se puede verse representado como “body shopping”.
Pero no todas las personas son adecuadas para realizar una Consultoría TIC. Vivimos un tiempo de “hiper” especialistas y deben exigirse capacidades generalistas, de visión sistémica y evitar que el liderazgo de la Consultoría TIC esté centrado en la visión clásica de sistemas (no necesariamente computacionales o digitales). Está demostrado que una visión empresarial de una Consultoría TIC es más exitosa que una centrada en “sistemas informático/computacionales”.
Aparte, hay muchos expertos en temas de moda, muy puntuales, que no han tenido tiempo de probar lo que dicen o su teoría se basa en charlas que dan del tema donde obviamente la «experiencia» se ha ganado del debate de estos temas con los asistentes. El riesgo es que actualmente existen muchos temas y buzzword o modelos que salen muy rápido, y no se prueban. Además, no se evalúa si el resultado de esta vorágine de conceptos da la sostenibilidad a un negocio.
Por eso, las capacidades, habilidades y experiencias son características necesarias para poder realizar esta labor, pero se deben complementar con otras características de alto valor añadido como son una visión global y plural, una actitud innovadora, la utilización de la cooperación como medio, transparencia y transferencia y una mentalidad abierta al conocimiento.
Además, para ser avalada como tal es muy importante saber cuándo pedir ayuda (y a quien). El experto global (inventor) desapareció en el siglo XIX cuando la evolución del conocimiento dio un salto importante haciendo imposible disponer todo el conocimiento existente en ciencia y la tecnología. Aun así, es clave que el consultor tenga una actitud emprendedora e investigadora para prospectar soluciones con nuevas tendencias, o considerando soluciones exitosas de otros sectores y áreas. Para conseguir esto es importante que cuente y participe activamente en comunidades de aliados que permitan acceder a este conocimiento en pro del éxito del cliente.
Un análisis simplista del mercado muestra que los temas más recurridos son la contratación de desarrollos o la compra o sintonización de tecnologías. Pero en realidad estos son procesos de actualización tecnológica o de desarrollo de software consecuencia de una Consultoría TIC «tradicional».
Ahora bien, la petición inicial más común es el cambio tecnológico de los sistemas de gestión, análisis de continuidad de negocio, diseño y despliegue de arquitecturas, seguridad, en forma de ERP o de CRM, la actualización o robustecimiento de sistemas legacy, o la introducción de nuevas tecnologías como Big Data o e-commerce. Pero hay que tener en cuenta que cualquiera de estas peticiones provocan cambios asociados a un proceso más profundo y global del negocio, siendo la tecnología la punta del Iceberg.
Por lo tanto, los temas más recurridos en una Consultoría TIC suelen ser los que están bajo la punta del Iceberg, lo cual permite reforzar la idea de que cuando se pretende cambiar un sistema organizacional y tecnológico, se concibe que dicho sistema esté preparado para trabajar de acuerdo a una imagen que tiene la Dirección, pero la Tecnología carece de inteligencia, se la aporta la empresa.
Es normal hoy en día que se «compre Big Data» pero luego venga la pregunta: perfecto, ya hemos determinado patrones o tendencias ¿qué hago ahora? ¿tengo capacidad de generar procesos y recursos de actuación? ¿cuál la frecuencia e impacto sistémico del patrón? etc. O, por otro lado, si ya conozco a mis clientes, ¿tengo capacidad de producir lo que piden?, ¿puedo contar con un equipo de logística adecuado?
La tecnología se encarga de almacenar datos y tratarlos con unas directrices que deben ser definidas, pero es clave también que, en la sociedad actual, la rápida evolución de las tecnologías (IoT, Big Data, Cloud Computing, almacenamiento digital, wearables, interconexión de cadenas de valor, exoestructuras) son fuentes continuas de datos que incrementan de manera drástica nuestros almacenes de información, y hacen complejo (y lento) su tratamiento, cuando las claves actuales son la agilidad en la creación de información para poder tomar decisiones. Y, estos almacenes de información tienen impacto en nuestros equipos humanos y en nuestros almacenes de productos. Incluso en empresas digitales, éstas no se escapan a los problemas sugeridos anteriormente.
De esta forma se puede ver que la relevancia se encuentra en la parte funcional de la tecnología (la definición de como la queremos utilizar). En muchas ocasiones se persigue el “estar a la última” en tecnología frente a la eficiencia tecnológica y robustez organizacional.
Por lo tanto, más que enfocarse en el cambio tecnológico, se debe pensar estratégicamente en la efectividad de las TIC dentro de estrategias de negocio y sus modelos o delineándoles con una visión de viabilidad, rentabilidad y sustentabilidad de negocio.
Este enfoque más estratégico lo puede entregar una Consultoría TIC integral, por lo que es recomendable, a nivel directivo, apoyarse por Consultorías Estratégicas en TIC antes de tomar decisiones de cambios o transformaciones digitales.
La Consultoría TIC siempre ayuda a toda empresa. Ahora bien, ante el hecho de que se buscan empresas 4.0, una Consultoría TIC claramente es el aliado y el proceso clave en este paso.
Una Consultoría TIC incluso debe analizar, incluso sugerir, la versión 4.0 de mi empresa es la deseada. Automatizar por automatizar, está demostrado, no es el éxito.
O sea,